Esquiar o no esquiar?

Hola! Les escribo desde mi jardín, disfrutando mucho de estos últimos días de calor. Ya pronto se viene el frio y la nieve a Colorado. Me pongo a pensar cuales son los objetivos para esta nueva estación del año, ya que cuando pienso en objetivos lo hago de a poco, sino son tan lejanos que me parecen imposibles.

Este año quiero aprender a esquiar. Cuando me mude en el 2001, fuimos a esquiar con unos amigos. Mi marido y mis amigos ya sabían esquiar y no le tenían miedo a nada, entonces me llevaron con ellos a la cima de la montaña (era chiquita y bien bajita, pero para mí mirando desde arriba era gigante) y me dijeron: Dale, baja que es fácil! Me paralice y me dio mucho miedo. Por suerte un amigo que la tiene re clara esquiando, bajo toda la montaña de espaldas agarrándome de las manos para que yo pueda bajar. Gracias Walter! Nunca me lo voy a olvidar J Desde ese día, esquié un par de veces pero nada que yo pueda disfrutar. 

Este año me prepongo tomar clases de esquí y aprender de verdad. Quiero poder disfrutar con mis hijos y mi marido una actividad al aire libre en donde todos podamos pasar el día divirtiéndonos juntos. Mis hijos ya tomaron clases de esquí y se arreglan bastante bien, pero falto yo y mi hija chiquita. Así que este año, es nuestro año. Espero no volver lamentándome y cubierta en moretones… jajaja ya les contare! 

Reconectándome

Tanto tiempo pasó desde que me senté a escribir. Tengo que agradecer a algunas personas que gracias a sus preguntas sobre mi blog, me empujaron a sentarme a escribir. Realmente me hace bien escribir, me ayuda a ver las cosas desde otra perspectiva y a conectarme con ustedes.

Pasaron tantas cosas. Creo que la más importante, es que hace dos meses nos mudamos a otra casa, a otro barrio. Los chicos se cambiaron de colegio, mi hija más chica empezó un jardín de infantes nuevo.

Antes que nada tengo que contarles que no tenemos más a Coco, el labrador que habíamos hecho “Foster”. Nos dimos cuenta que un labrador tiene mucha energía y pierde mucho pelo y no era el perro ideal para nuestra familia. Si bien nos habíamos encariñado mucho con él, dejarlo ir con otra familia era la mejor opción para que él pueda tener una vida feliz (y nosotros también). Esto no quiere decir que en el futuro no tengamos un integrante de cuatro patas en nuestra familia :)

A principios de Agosto, nos mudamos a  una casa que queda justo frente a una escuela muy linda. Los chicos empezaron las clases en su escuela anterior en Agosto pero después de tres semanas de manejar 30 minutos ida y 30 minutos vuelta, nos dimos que cambiarlos a la escuela del barrio era la mejor opción. Fue una decisión muy difícil, muchos factores en juego. Pero aunque nos costó dejar esa escuela (más a mí que a los chicos) sabemos que fue una de las mejores decisiones que tomamos en los últimos años. Los chicos están felices, tienen más tiempo libre, menos estrés y más amigos. Hijos felices, padres felices, no? Lo mejor de todo es poder cruzar la calle todas las mañanas/tardes y no tener que manejar. Los veo desde la ventana de mi casa jugar en los recreos afuera del colegio. Es hermoso!

Mi hija más chica va al jardín tres veces por semana por la mañana también frente a la casa nueva. Conclusión, no saco el auto si no tengo que ir al supermercado o algún mandado. Por ahora que los días están lindos, camino de acá para allá. Ahora en unas semanas cuando se venga la nieve, veremos cómo nos arreglamos. Gran cambio de rutina! Solo buenas noticias para reportar por ahora. Más adelante les sigo contando de nuestra nueva vida y experiencias. Buena semana!

Dos Semanas

Hace dos semanas que Coco llegó a casa y nos cambió la vida, la rutina. El sólo hecho de ver a mi hijo mayor llorar esta mañana porque mi hija más chica tenía chocolate en la mano y Coco le chupó… Mi hijo pensó que Coco se iba a morir en el momento porque chupó los dedos con unas gotitas de Nutella. Esa angustia de sólo pensar que Coco tal vez no iba a estar con nosotros es indescriptible. Cómo puede un perro cambiarnos tanto la vida? Si vamos a practica de futbol que es en un parque al aire libre, como no llevarlo? Si vamos a un parque a jugar un rato, como no llevarlo? Nuestra rutina cambió, mejoró. Después de la cena siempre los chicos se bañaban, leían un poco y se iban a dormir. Desde que Coco vive con nosotros, después de cenar nos vamos caminando al parque que está a tres cuadras de casa con Coco así los chicos juegan y Coco corre un poco. Coco trajo alegría a nuestra casa! Todavía no tomamos la decisión de adoptarlo o seguir haciendo fostering hasta que alguna familia lo reclame, pero la realidad es que no me imagino nuestra vida ahora sin un perro en ella.

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El Perro

Nunca tuve perro en mi vida. Mi hermano de chiquito pidió tener un perro desde que yo tengo memoria, pero mi mamá siempre argumentó que tener un perro en un departamento no era bueno para el perro…y que rompe cosas, come zapatos, hay que hacerle de comer, etc. El argumento que tenía mi mamá se hacía cada vez más largo dependiendo la edad y la insistencia de mi hermano.

En el 2008 nos mudamos con mi marido a una casa con jardín y desde ese momento me imaginé lo lindo que sería tener un perro en la casa. Ahora con un jardín grande el perro podría correr todo lo que quiera y jugar incansablemente en un lugar “abierto”. El sueño del perro se fue posponiendo con la llegada de nuestros hijos (y mi marido, como si hubiese sido hijo de mi mamá, siempre tenía un argumento listo!). Este año mi hija más chica cumple 3 años y los chicos ya están más grandes para entender de responsabilidades y aprender a cuidar a un perro. Mis hijos piden por un perro desde que aprendieron a hablar. Casi todos sus amigos tienen dos o tres perros, cada vez que mis chicos volvían de jugar en la casa de un amigo se desesperaban aún más por tener un perro. Íbamos al parque y si pasaba un perro caminando, mis hijos paraban lo que estaban haciendo y se acercaban a acariciarlo.

Acá en general los perros se adoptan, no se compran. Creo que es por eso que nunca vi un perro en la calle sin dueño. No está muy bien visto comprar, ya que hay muchos perros en perreras esperando ser adoptados.

Hace un par de semanas una amiga que tiene dos perros, adoptó un tercero haciendo “fostering”. Fostering es cuando la ONG que tiene el perro (que hay muchas) te lo da para que lo cuides en tu casa hasta ser adoptado por una familia permanente. Sería como adoptar el perro provisoriamente.  Esto puede darse porque la ONG no tiene más lugar en su edificio o porque algunas familias quieren probar como sería tener un perro. Éste último fue nuestro caso. Mi amiga me convenció (no le llevó mucho hacerlo) y completé una solicitud online pagando una pequeña suma de dinero. Miré online en la base de datos de perros, elegí uno por Facebook y listo. Al día siguiente me llamó un señor para hacerme una entrevista telefónica. Tuve que sacar fotos de cada rincón de mi casa y mandarles para que aprueben si mi casa era un lugar seguro para un perro. Si la reja de mi jardín era lo suficientemente alta, si el lavadero no era peligroso para el perro, si había puertas en todas las habitaciones, etc. Completé muchos formularios y finalmente nos aprobaron! El sábado pasado nos entregaron nuestro perro que por ahora está viviendo con nosotros. Los chicos están felices, yo estoy contenta y mi esposo lo está pensando…veremos qué pasa. Para mí la única contra que es cuando nos queremos ir de vacaciones las guarderías para perros salen caras y todavía no sabemos cómo hacer. Pero bueno…tiempo al tiempo.

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Acto de Fin de Año

Se viene el acto de fin de año. Increíble pero ya están terminando las clases. El ciclo escolar, como algunos ya saben, va desde fin de agosto a fin de mayo. Es increíble para mí lo rápido que paso este año. Mi hijo más grande va a empezar tercer grado y mi hijo del medio primer grado. Cuanto que aprendieron en este año y como crecieron! Pero no quiero hablar de lo hermosos y espectaculares que son mis hijos porque claro que todos tenemos hijos que son para nosotros hermosos y espectaculares.

Quiero contarles la diferencia abismal que hay entre los actos del colegio acá y en Argentina. Me acuerdo creciendo en Argentina los actos del 25 de mayo. Los varones se “maquillaban” con corcho de vino quemado para hacerse bigotes, algunas nenas eran las repartidoras de empanadas con polleras largas y camisas blancas. Otros eran aguateros, con un palo sostenido desde sus hombros con baldes colgando con “agua” y ya no puedo ni acordarme todos los otros disfraces que habían entre nosotros, era tan divertido!
Acá en el colegio de mis hijos no se disfrazan con tanta “producción”.

Acá es bastante diferente. El jueves mi hijo del medio tiene el acto de fin de año, en dónde cantan algunas canciones, nos muestran un poco lo que aprendieron en arte y después los papás podemos ir al aula a ver que hicieron este último tiempo. Para el acto de fin de año, la maestra nos mandó una lista a todos los papás  diciendo que animal es cada chico y que color tiene que vestir. Mi hijo es un oso y tiene que ponerse una camisa marrón. Eso es todo! Hablando con algunas mamás me dijeron que sus hijos eran tigres y tenían que ponerse camisa naranja, otros eran elefantes y necesitaban camisas grises, etc..

En el acto de mi hijo más grande hay un poco más de producción. Él tiene que disfrazarse de una hormiga militar, por lo que nos mandaron explicaciones de cómo puede ser el disfraz. Short y camisa de militar camuflaje y antenas. Fácil! Si bien acá realmente nos facilitan el tema vestuario para los actos, yo extraño la producción de disfrazar a los chicos y ver una obra. Acá no hacen obras, es sólo canciones en coro, se suben al escenario, cantan, las maestras hablan un poquito sobre el año y terminó el acto. A mis chicos les encanta y al parecer, es lo que se acostumbra acá.

Hablando con otra mamá, contándole las obras espectaculares que hacen los chicos en Argentina, me dice: que buena idea! Tal vez podrías proponérselo a la maestra para el año que viene!

Y bueno… lo que para nosotros es totalmente normal, para otros es una súper novedad J

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Cambio de Identidad (Sólo en el documento)

Acá es muy “normal” que las mujeres al casarse adopten el apellido del esposo. Si por ejemplo yo soy Laura Sánchez y mi esposo es Juan Pérez, después de casarme paso a ser Laura Pérez. En Argentina es diferente, las mujeres no se cambian totalmente el apellido, como mucho pueden agregarse el “de” y así sería Laura Sánchez de Pérez y eso se considera “normal”.

Casi todas mis amigas americanas se cambiaron el apellido al casarse y siempre me gusto esa costumbre. Cuando mis hijos empezaron la escuela toda la gente me conocía como Mrs. Chama y nadie como Abulafia. Claro, al tener mis hijos el apellido Chama supusieron que también era mi apellido. Entonces de a poco algunas personas me conocían como Chama y otras como Abulafia. Empecé a tener documentos con los dos apellidos y todo se volvió cada vez más confuso.

Al hacerme ciudadana tenía la opción de cambiarme legalmente el apellido sin trámites de por medio. Ósea, sin tener que ir a la corte y esperar eternamente hacer el trámite ahí. Entonces aproveché a cambiarme el nombre a Luciana Chama.Qué mezcla de sensaciones! Estaba feliz porque finalmente iba a tener el mismo apellido que el resto de mi familia. Siempre que viajábamos era Chama1, Chama2, Chama3, Chama4 y Abulafia. Para la obra social, todos eran Chama menos yo…y así con muchas cosas más. Después que se me pasó la alegría de ser parte de los cinco Chama, caí que no tengo más el mismo apellido que mis papás o que mis hermanos. Qué raro! Que loco!

Con el cambio de apellido vinieron los trámites, tenía que cambiar todos mis documentos a mi nuevo nombre. Licencia de conducir, pasaporte, documento, tarjetas de crédito, etc… pero bueno, nadie me dijo que pertenecer a este clan Chama era fácil. Pero aunque me consumió un poco de tiempo hacer todos los trámites (y todavía no terminé), valió la pena. Mis hijos estaban felices al enterarse que teníamos el mismo apellido. Y bueno, las diferencias culturales nunca terminan. En cualquier tema que toquemos, alguna diferencia grande o chica vamos a encontrar.

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Hacernos Americanos

Muchos amigos en Argentina me preguntan cómo fue que nos vinimos, el tema visas, experiencias, etc. Acá va un primer pantallazo del tema migratorio de lo que vivimos desde que llegamos a Colorado. Ojo! Nosotros nos vinimos a principio del 2001, antes del atentado terrorista contra las torres gemelas. Era todo más fácil en ese momento que ahora.

Fue un proceso bien largo, en el 2001 nos vinimos con visas de estudiante. Yo estudié inglés y después un MBA. Al terminar el MBA pasaron varios años hasta conseguir trabajo, pero seguíamos con la visa de trabajo de mi marido. Por suerte conseguí un trabajo que me “esponsoreaba” la greencard.  Gracias a este trabajo pudimos pasar de visa de trabajo a la greencard   y estar más tranquilos con nuestra situación, ya que este estatus dura diez años y se puede renovar por diez años más. La Greencard es la residencia permanente sin necesidad de visas. Dos veces nos quedamos en Argentina varados porque cambió el sistema de migraciones y tuvimos problemas en la embajada. Una vez yo estaba embarazada de siete meses con mi segundo hijo y si no volvía a tiempo, tenía miedo que ya no me permitan viajar en avión con el embarazo tan avanzado, por eso tener la residencia permanente, realmente nos cambió la vida. Éste nuevo estatus migratorio nos sacó todos esos miedos, no más ir a la embajada en Argentina a pedir visas, no hacer más colas en migraciones cuando entramos a Estados Unidos. Hacíamos cola pero para residentes que es muchísimo más corta que para extranjeros J  Este año se cumplían los primeros cinco años de tener greencard y decidimos que era mejor aplicar a la ciudadanía que renovarla por otros cinco años. Tenemos tres hijos que nacieron acá y tener la ciudadanía es muy importante para nosotros.

Para ser ciudadanos, tuvimos que aplicar a la ciudadanía ya que ésta puede ser denegada. Mandamos un formulario bastante largo, con fotos y un cheque y así el proceso comenzó… A las dos semanas nos llegó una carta para que vayamos a que nos tomen las huellas digitales, nos mandaron cita con lugar y horario. También nos llegó un librito y un CD para que vayamos estudiando para el examen de ciudadanía. A las pocas semanas fuimos a nuestra cita de huellas digitales y para nuestra sorpresa a los quince minutos estábamos afuera con todo listo! Pasaron unos cinco meses y nos llegó otra carta con fecha y hora de nuestro examen. Estudiamos mucho y el examen fue fácil, corto y rápido. Fuimos a la cita casi temblando y a los veinte minutos estábamos afuera con el papel aprobado diciendo que éramos candidatos a ser ciudadanos. Esa misma tarde tuvimos una ceremonia de naturalización. Para mí fue súper emotiva y especial. Era el fin de un proceso muy largo y muy esperado. Pero pensándolo bien, no era el fin, sino que es el principio de esta nueva etapa.