Nunca tuve perro en mi vida. Mi
hermano de chiquito pidió tener un perro desde que yo tengo memoria, pero mi
mamá siempre argumentó que tener un perro en un departamento no era bueno para
el perro…y que rompe cosas, come zapatos, hay que hacerle de comer, etc. El argumento
que tenía mi mamá se hacía cada vez más largo dependiendo la edad y la
insistencia de mi hermano.
En el 2008 nos mudamos con mi
marido a una casa con jardín y desde ese momento me imaginé lo lindo que sería
tener un perro en la casa. Ahora con un jardín grande el perro podría correr
todo lo que quiera y jugar incansablemente en un lugar “abierto”. El sueño del
perro se fue posponiendo con la llegada de nuestros hijos (y mi marido, como si
hubiese sido hijo de mi mamá, siempre tenía un argumento listo!). Este año mi
hija más chica cumple 3 años y los chicos ya están más grandes para entender de
responsabilidades y aprender a cuidar a un perro. Mis hijos piden por un perro
desde que aprendieron a hablar. Casi todos sus amigos tienen dos o tres perros,
cada vez que mis chicos volvían de jugar en la casa de un amigo se desesperaban
aún más por tener un perro. Íbamos al parque y si pasaba un perro caminando,
mis hijos paraban lo que estaban haciendo y se acercaban a acariciarlo.
Acá en general los perros se
adoptan, no se compran. Creo que es por eso que nunca vi un perro en la calle
sin dueño. No está muy bien visto comprar, ya que hay muchos perros en perreras
esperando ser adoptados.
Hace un par de semanas una amiga
que tiene dos perros, adoptó un tercero haciendo “fostering”. Fostering es
cuando la ONG que tiene el perro (que hay muchas) te lo da para que lo cuides
en tu casa hasta ser adoptado por una familia permanente. Sería como adoptar el
perro provisoriamente. Esto puede darse
porque la ONG no tiene más lugar en su edificio o porque algunas familias
quieren probar como sería tener un perro. Éste último fue nuestro caso. Mi
amiga me convenció (no le llevó mucho hacerlo) y completé una solicitud online
pagando una pequeña suma de dinero. Miré online en la base de datos de perros, elegí
uno por Facebook y listo. Al día siguiente me llamó un señor para hacerme una entrevista
telefónica. Tuve que sacar fotos de cada rincón de mi casa y mandarles para que
aprueben si mi casa era un lugar seguro para un perro. Si la reja de mi jardín era
lo suficientemente alta, si el lavadero no era peligroso para el perro, si había
puertas en todas las habitaciones, etc. Completé muchos formularios y
finalmente nos aprobaron! El sábado pasado nos entregaron nuestro perro que por
ahora está viviendo con nosotros. Los chicos están felices, yo estoy contenta y
mi esposo lo está pensando…veremos qué pasa. Para mí la única contra que es cuando
nos queremos ir de vacaciones las guarderías para perros salen caras y todavía no
sabemos cómo hacer. Pero bueno…tiempo al tiempo.
Si tenes ganas déjame tu
comentario en mi blog.
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